SOBRE LA LIMPIEZA DE DISCOS DE VINILO

Publicado el 2019-10-04

  • SOBRE LA LIMPIEZA DE DISCOS DE VINILO

Está ampliamente reconocido que el formato de discos en vinilo es probablemente el que mejor nos transmite el alma de una buena grabación pero también es una realidad que una de las desventajas que tienen los discos de vinilo respecto a otros formatos es que es necesario no descuidar su limpieza.

Mantener en buen estado nuestros discos es una tarea que no debe de tomarse a la ligera. Hacerlo mal rayará, desgastará y estropeará nuestra colección e incluso pondrá en peligro la vida útil de la aguja de nuestra cápsula, a lo que habría que sumar que la experiencia de escuchar nuestra música favorita se puede convertir en una pequeña tortura. El “crepiteo”, siseos y/o los ruidos de reproducción que no vienen provocados por los a veces inevitables rayones no es, a pesar de lo que piensan muchos amantes de lo “vintage” y las modas pasajeras, una parte del encanto del vinilo. No señores, no lo es.

Los discos de vinilo son tesoros muy delicados. Los polímeros de plástico con lo que están hechos hacen que sean muy propenso a acumular energía estática y esto provocará que acumulen polvo con mucha facilidad. Esté polvo, sobre todo con el efecto del paso de la aguja al reproducirlos se irá acumulando en el microsurco, lo que provocará que comiencen esos fastidiosos “chasquidos” y, lo peor de todo, la grabación irá perdiendo detalles ya que lo que tenían que ser multitud de “micro cordilleras”, por el efecto del polvo depositado, se irán convirtiendo en “extensos valles”.

Detalle microscópico de un microsurco y el paso de la aguja.

Para evitar esto circulan multitud de productos y trucos, sobremanera en la actual contaminación informativa que nos ofrece Internet, que se nos ofrecen como soluciones a esto. Pero cuidado porque la osadía de muchos aficionados muy bienintencionados en ocasiones no son soluciones adecuadas por muy bonitos que sean los tutoriales que cuelgan en la red: uso de alcoholes varios, desengrasantes industriales, limpiacristales, líquidos lavavajillas, bencinas, colas…

Vamos a analizar diferentes formas de limpieza para nuestra colección de vinilos, intentando aclarar algunos conceptos y posibles peligros bajo nuestra humilde experiencia.

En primer lugar habría que diferenciar entre el cuidado del día a día de nuestra colección, a esos bueno hábitos que tenemos que adoptar a la hora de poner y quitar un vinilo, y lo que significa una auténtica puesta a punto del estado de nuestros vinilos.

En el primer caso el pasar un paño antipolvo y/o un cepillo de cerdas de carbono por encima de los mismos antes y después de ponerlos es un buen paso para tener nuestros vinilos en un estado cercano al óptimo y evitar que se depositen en ellos más suciedad de la deseada. Para esta limpieza superficial una toallita de microfibra (por ejemplo las toallitas para la limpieza de lentes) puede ayudarnos mucho y tratan bien las superficies ya que no dejan restos al pasar por la superficie ni la rayan. Del mismo modo, no es aconsejable el uso de papel absorbente (porque raspa y deja restos), ni tampoco el uso de cualquier paño que utilicemos para la limpieza de la casa. Podrías ensuciar mucho tus vinilos y rayarlos.

Pero aún más fundamental que esta toallita es el uso de un cepillo de cerdas carbono. Muchos aficionados quedan satisfechos al ver brillar sus vinilos después de limpiarlos superficialmente… ¿y el microsurco? Ahí es donde se incrusta la suciedad, las micropartículas que hacen que la reproducción de nuestros vinilos no sea la más adecuada, que los ruidos sean unos compañeros no deseados de viaje. Estos cepillos nos ayudarán a limpiar de partículas los microsurcos, a evitar que se sedimenten en el fondo de los mismos si no los consigue desplazar la aguja, lo que ayuda a ensuciarla, a la hora de la reproducción.

Existen en el mercado muchos kits de limpieza que nos ofertan el poder realizar esta labor de una manera fácil y cómoda. Como todo en la vida, hay calidades y no todos estos kits son iguales, por lo que aconsejo ir a aquellos que están respaldados por marcas reputadas del sector del audio. Hay que tener en cuenta ese adagio de que “a veces lo barato sale caro”.

Otro problemilla del día a día es la estática de los vinilos. Existen algunos métodos para eliminarla (pistolas de descarga, bastoncillos, gamuzas…) aunque de resultados muy dispares. Bajo mi experiencia el más efectivo es el sistema de pistola de ionización. ¿Mejora el sonido de los vinilos el eliminar esta estática?  En principio creo que no aunque esta eliminación hace que sobre todo la aguja no se convierta en un sistema recolector de porquería, de pelusillas, lo que redundará en que no se vea comprometida la calidad de reproducción. Estaríamos más ante un sistema preventivo que modificador. Poco a poco todo suma.

Tras esta introducción sobre el “día a día” de nuestra colección de vinilo cabe entrar a hablar de acciones más determinantes que van a hacer sonar con calidad plena nuestros queridos discos de vinilo.

El mejor sistema son las máquinas limpiadoras de discos. Estas máquinas lavan y, lo más importante, aspiran la suciedad de los microsurcos dejando los discos como nuevos, me atrevería a decir que incluso mejor que nuevos. Hay que tener en cuenta que sería aconsejable pasar por estas máquinas hasta los discos nuevos puesto que en el prensaje de fabricación se deposita una fina capa de grasa que es la aguja de nuestra capsula la que va retirándola al reproducir (¿no os ha pasado que después de poner un disco recién desembalado miras la aguja y tiene depositada suciedad? Ahí está esa grasilla).

Estas máquinas utilizan líquidos especiales aunque una mezcla de 1/10 de alcohol isopropílico con agua destilada es una solución muy eficiente. Esta solución reblandece las impurezas depositadas en el microsurco y la aspiradora termina la limpieza de una manera impecable. Además eliminamos la estática de los vinilos. Hasta hace poco el costo de estas máquinas era prohibitivo aunque el auge del mercado del vinilo ha animado a algunas marcas a sacar modelos más asequibles.

Disco antes y después de pasar por máquina limpiadora.

Hay algunos sistemas menos sofisticados que buscan esta efectividad aunque siempre con las limitaciones lógicas. Podemos lavar nuestros vinilos en casa pero punto principal: nunca con agua del grifo o mineral, siempre hay que utiizar agua destilada. Estas aguas "normales" contienen residuos naturales o añadidos que en el secado se depositarán de nuevo en el microsurco. Todo pasaría por dejar trabajar a la gravedad y que la suciedad se fuese eliminando con un cepillo de cerdas fino y se fuese depositando en el fondo de una cubeta. El sacar el aspirador de casa para eliminar el líquido no suele ser una opción muy cómoda. Además hay que tener en cuenta que no todos los aspiradores están preparados para trabajar con líquidos. Si vas a hacer esto consulta el manual de tu aspirador para cercionarte si es apto para trabajar con líquidos, antes está nuestra integridad física que un vinilo aspirado caseramente, por favor. El secado lo podemos llevar a cabo una toalla de microfibra una vez recudido el disco.

Cuando llegamos este punto, y sobre todo cuando entramos en los foros, comienzan los “iluminados del vinilo” a bombardearnos con soluciones mágicas. Vamos analizar algunas que nos han llamado la atención por populares o, en alguno de los casos, por extremas.

Limpiar vinilos con cola: Este método se basa en esparcir una capa de cola blanca por cada una de las caras del disco y dejarla secar. Después se retira, con cuidado de no dejar ningún residuo de cola en nuestro disco. Pero este sistema tan defendido con entusiasmo por muchos en las redes, del cual no negamos teóricamente su efectividad, entraña múltiples peligros que pueden hacer que destrocemos el vinilo.

En primer lugar hay que tener mucho cuidado con el tipo de cola que se use. Hay colas que pueden pegarse en exceso al disco y ser difíciles de quitar. Segundo, es importante el modo de aplicación de la cola y de hacerlo mal puedes estropear el disco al quitarla de la superficie. Por experiencia, en nuestro servicio de limpieza de discos nos hemos encontrado con auténticos desastres imposibles de reparar. Cuidado.

Disco con efectos irreparables de un intento de limpieza con cola

Meter los vinilos en el lavavajillas: Nos dicen que hay que meter los discos en un programa de baja temperatura y con poco jabón. Programa de secado y listo. ¡¡Dioses!! Ya de partida el agua que utiliza el lavavajillas es el del grifo, llena de sedimentos y después los jabones para los mismos son productos llenos de grasas y productos químicos. El disco va a quedar como los chorros del oro pero con unos microsurcos llenos de todo lo malo. Además entra en juego la integridad de las galletas de los discos que correrán el riesgo de mojarse de manera continuada y deteriorarse. Método ideal para los cocinitas pero no para nuestros discos.

Pasar trapo húmedo empapado en solución: Sería empapar un trapo en la solución que previamente hemos elaborado por la superficie del vinilo y secarlo con papel de cocina para absorber la humedad cuanto antes. Aquí nos encontramos con todos los despropósitos juntos. Probablemente los discos brillarán pero no habremos limpiado de manera efectiva los microsurcos ya que habremos compactado las partículas depositadas si no es que hemos añadido más y, para rematar, ponemos en peligro la integridad de nuestro disco al pasar el papel.

Utilización de bencinas y otros derivados: Sería el tratar la superficie con bencinas de alto refinado tipo las que se fabrican para algunas marcas de mecheros. Se pasarían y después se lavaría el disco. Estas bencinas están compuestas de variados elementos químicos que no van a ayudar a limpiar los microsurcos puesto que depositarán otros residuos diferentes a los que queremos eliminar y pueden poner en peligro la integridad de los vinilos y, más peligroso, la de las agujas de las cápsulas. Esto sí que es ir a lo bonzo por la vida.

Existen en a red más recomendaciones pero por peregrinas me abstengo ni siquiera de comentarlas, para eso está ya la opción lavavajillas.

Finalizando, el mantener nuestra colección de discos de vinilo en buen estado no es algo complicado. Sólo hace falta un poco de método, de hábito y sentido común. No se trata de joyas intocables pero sí son fácilmente deteriorables por no tener un mínimo de cuidado.

Autor del artículo: David Chichas (CH sonido Gijón)